Torre para mis discos
El domingo fui a Musimundo, compré una torre para continuar guardando cd's, ya eran muchos los que estaban en el piso. El chico que me atendió, muy amable, después de cobrarme me dijo que iba a inventar un envoltorio para la caja, la bolsa que ellos tenían no la abarcaba. De modo que ideó una forma para que tuviera manijas y yo pudiera llevarla. Era una bolsa cortada por los lados, que pegó a la caja de cartón. Hasta ahí, a mi todo me parecía muy corriente, aunque sabía que el método no iba a funcionar, no me había cuestionado el hecho de que no tuvieran envoltorio para lo que yo estaba comprando. Probamos el método y no funcionaba, la bolsa se despegaba y la caja se iba a la mierda. Apareció otro empleado amable que dijo: "hay que dejárselo a los que saben" e inventó con cinta adhesiva una manija, yo seguía sin preguntarme por la improvisación del caso y sin sorprenderme demasiado, tal vez lo que más me llamó la atención fué que me estuvieran atendiendo amablemente y se estuvieran preocupando por cómo cargaría yo con la torre. Mientras el empleado amable II armaba la manija pensé es que éste método podía funcionar mejor que el otro, asi que le agradecí: "buenísimo, gracias" y me fui. Convengamos que mi estado el domingo no era de una gran lucidez, pero me había caído bien la actitud que ambos habían tenido, más allá de los resultados. Salí del local y la manija prefabricada se despegó, la caja se cayó al suelo. Un señor mayor, de unos 70 años me miró se acercó y me dijo: "disculpemé señorita", los señores mayores siempre dicen señorita cuando es señorita y señora cuando es señora, no como acostumbran otros desconocidos jóvenes que se quieren hacer los respetuosos y le dicen señora a todo el mundo. "Usted sale de comprar eso en Musimundo?" (los señores mayores te dicen señorita pero te tratan de usted...todo no se puede), "si" -le contesté-, casi con la misma sonrisa con que agradecí a los empleados amables. "Por qué no vuelve y les pide que le envuelvan eso como corresponde?". Lo miré, asentí, me dí media vuelta y volví al local, le indiqué al segundo empleado amable cómo reforzar la cinta para que no volviera a soltarse y me fui con el envoltorio inventado y la misma sonrisa, como corresponde.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home