De "Apuntes para una reencarnación" de Arnaldo Calveyra
¿Pregunta acaso?, ¿te pregunta acaso? Nadie en él. Nadie a traves suyo.
¿No queda nadie en el espejo? ¿Nadie entre palabra y palabra capaz de interrogar por la piedad del cuarto, de interrogar con su ojo glauco por la cancel agobiada bajo el percal de la glicina?
Me recuerdas la oblicuidad de la palabra en el momento de encontrar cabida en el verso.
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