Fragmento de Cartas del Noviazgo de Soren Kierkegaard
Mi Regina, a ti te gusta escuchar este nombre y a mi me gusta pronunciarlo; sin embargo quizá tenemos en ello ideas diferentes. Tu pones allí, quizá, el humilde pensamiento de que eres tal como yo deseo, la verdad de la imagen que mi deseo ha buscado; y yo pongo allí, quizá el orgulloso pensamiento de que tu me perteneces, no por un instante fugitivo, no parcialmente, sino toda entera y siempre. Y sin embargo no me jacto de ello. ¿Qué tengo, en efecto, sino lo que me ha sido dado? Si me hubiera sido posible "seducirte", si con una satisfacción egoísta pudiera llamarte mía, oh!, qué pobre sería yo en mi riqueza y qué vano mi goce; pues sólo el que es libre puede darse y cuanto más libre es más tiene para prodigar.
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2 Comments:
Sólo cambio Regina por Marcela. Es mi propio caso. Aceptaría gustoso de entregar mi descaro existencial por lo trivial y cotidiano. Y verdadero.
El romántico Kierkergaard...inolvidables cartas.
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