Palermo troppo, día 6

Después de ver una villa Romana impresionante en Agrigento, fuimos a Palermo, cuna de la mafia. En la ciudad se veían carteles que recomendaban a los comerciantes, dejar de pagar el pizzo, esto es, un dinero que la mafia exige a los comerciantes para que se mantengan seguros, es decir si no les pagas, te puede pasar algo. Eso ya me pareció lo suficientemente violento, pero, continué con mi sorpresa al ver la forma en que los Palermitanos te miran y como se mueven. Si los miras en la calle por más de dos segundos ya te están diciendo con la mirada, “que mierda te pasa?”, terrible, y el lenguaje corporal es muy particular, es como si caminaran demostrando que toda la calle les pertenece. Y cuando manejan, te dejan el auto donde se les canta. Lo que si me encanto de ese temperamento es que vi un par de situaciones en las que una mujer se ponia bien furiosa y se defendia por situaciones de atropello en el tránsito, o por otras discusiones callejeras.

Más allá de esto, Palermo como ciudad tiene su encanto, pero es para estar un par de días, creo que no más que eso, al menos yo no volvería. En el Bed & Breakfast en que dormimos, por la mañana estabamos desayunando en una mesa de comedor, donde estaba puesto el desayuno para todos los huéspedes, de pronto aparece un tipo en piyama al que todos nosotros saludamos amablemente con un Buon Giorno, que el tipo apenas contestó, con cara de pocos amigos, miró hacia su taza, se tomó un café en dos tragos, se levantó y se fue. Digamos que tienen gestos muy elocuentes hablan con la mirada y mucho con las manos y la forma de caminar.

De ahi nos fuimos para el este dalla Sicilia, a Giardini Naxos, una localidad turística con Playa, muy cerquita de Taormina, que fue sin dudas lo mejor de Sicilia, valio la pena subir todos esos caminos de montaña, para poder ver ese lugar, y otro lugar Aci Trezza donde hay unas rocas volcánicas milenarias en el mar, lanzadas por el volcán Etna, que se veía desde Taormina y desde Aci Trezza. Dice la historia que Ulises tuvo una lucha con el Ciclope, cuando este se enfureció arrojó esas enormes rocas.

Taormina, es un pueblito arriba de la montaña, y en su punto casi cumbre, tiene las ruinas de un teatro Griego, luego continuado por los Romanos, que es lo más espectacular que he visto en mi vida. Sólo pensar que esa gente se iba hasta ahi arriba para ver teatro es increible, pero la verdad la tenian clara porque la vista desde ahi y la acustica que tiene el teatro es increible, aun hoy estando una gran parte destruida, nuestro amigo Fabricio se paró en medio del escenario y nosotros estábamos en la ultima grada y se escuchaba lo que el decía desde ahí abajo.

Tengo que mejorar la redaccion de esta cronica, pero no queria dejar de contar esta parte del viaje.